viernes, 18 de mayo de 2012

Cuando las cifras dan dolor de cabeza

Creo que estos que nos gobiernan están empeñados en que aprendamos matemáticas. Y lo hacen a base de inundarnos cada día con eso que llaman noticias y que, en realidad, son ya como pompitas virtuales que se deslizan por las ondas, por las portadas, entre el anuncio de un nuevo coche que nadie va a comprar y un vídeo bajado del youtube. Cifras. Están las de la Bolsa, las del paro, las del déficit de las comunidades autónomas; también las de los recortes, las de las subidas de impuestos, las del IPC y las de las agencias (esas siempre acompañadas de diplomas al alumno más aventajado o a aquel al que comparan con un contenedor de residuos)Y no vienen solas. Llegan con un cortejo de porcentajes, de tantos por ciento, de fracciones, de números enteros y decimales. Así no hay quien viva. Ayer un banco medio embargado perdía, como es de ley, un montón de valor en el camino. Hoy lo recupera con creces. Ayer una comunidad autónoma no tenía más remedio que aceptar que debía más de lo que decía y hoy otras, que habían callado mientras escondían sus deudas en un cajón, sacan los trapos sucios sin inmutarse ni desdibujar una sola línea de contorno de ojos ni arrugar un milímetro su vestido. Claro que, como no somos expertos en Cálculo (fuimos a la escuela pública) no se nos ocurre pensar que detrás de las subidas y bajadas de dicha entidad bancaria se oculte el mecanismo de la especulación ni que tras ese momento arrepentimiento de Madrid o Valencia, se esté encubriendo el hecho de que estén gobernadas por el PP desde hace, ¿cuántos?, años. Nunca he sido muy buena para los números. Soy de letras. Pero prometo que, después de esta lección magistral que nos están impartiendo Rajoy y Montoro y De Guindos, voy a esforzarme mucho para no aprender de economía. Total, da lo mismo, siempre me ponen en el examen lo que no he estudiado. L.R.CH.

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