jueves, 15 de julio de 2010

Como el cristal de una bombilla...

Hoy, escuchando Hora 25 de la Cadena Ser, supe que Mariano Rajoy, líder del PP, había calificado la gestión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, frágil como el cristal de una bombilla. Todo ello en el contexto del debate del Estado de la Nación. Entonces, me dio por pensar en los símiles y metáforas que intentan facilitar nuestra vida, para que lleguemos a comprender lo que se siente, o lo que representa cualquier hecho o idea. Por ejemplo, durante estos días, con la victoria del mundial, fueron muchísimas las expresiones del tipo: "esto es como tener un hijo" o "la pierna de Iniesta era apoyada por todos los españoles".

Este pensamiento me llevó a mi inacabable búsqueda por expresar sentimientos, tanto míos como generales. Me di cuenta de que cada día intentamos expresar más allá de lo que las palabras pueden cualquier situación, y para ello intentamos mostrarlo con otras situaciones mucho más palpables, manejables, o que se resuelven de manera parecida a lo que intentamos contar.

Me imaginé a Mariano Rajoy en su casa procurando dar una vuelta de tuerca más para conseguir hacer entender a los españoles lo mal y lo nefasto que es Zapatero para el país. Lo inventé sollozando en su cama al ver las encuestas, no porque no consiguiera despegar totalmente de su rival político, sino porque nunca es capaz de alcanzar cotas decentes de confianza. Y por ello, su verbo lo miraba, interrogándole sobre su incapacidad para expresar lo que siente. A fin de cuentas, Rajoy no sabe decir lo que piensa, lo que nota, y se encuentra en un laberinto donde nunca encuentra la puerta adecuada.

Claro que eso también puede ser incapacidad.

Entonces, pegué un pellizco de pan de ayer. Estaba duro. Se me ocurrió una metáfora más. Los momentos en los que reímos, y somos esencialmente felices son un trozo de pan, sabrosos al principio, que se van haciendo duros e insípidos con el tiempo.

Y seguí buscándola.

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